José Alfredo Martín es cofundador de Apadrina un olivo.

¿Por qué apadrinar un olivo puede servir para luchar contra el éxodo rural?

José Alfredo Martín es cofundador de Apadrina un olivo, una iniciativa que recupera olivares abandonados en Oliete (Teruel) y otros lugares para generar empleo sostenible y combatir la despoblación rural.

De un olivar abandonado en Oliete, un pueblo de Teruel, surgió en 2014 una de las iniciativas más potentes vistas en el medio rural español. Se trata de Apadrina un olivo, que propone a personas de todo el mundo “apadrinar” olivos abandonados y seguir la experiencia de su recuperación. El padrino recibe a cambio 2 litros de aceite y la oportunidad de conocer el pueblo.

“Queríamos generar una economía sostenible en el pueblo, pero poniendo en valor los recursos que había allí abandonados, en este caso 100.000 olivos centenarios”, explica José Alfredo Martín, uno de los cofundadores del proyecto, formado en su mayoría por nietos de vecinos de este pueblo, de 367 habitantes.

Además de la recuperación ambiental del olivar, Martín destaca el impacto social del proyecto al haber creado 46 empleos con lo que ha logrado que la escuela local pase de cuatro a veinticuatro niños. Un éxito que no está exento de retos, como la dificultad de obtener la confianza local, los desafíos de financiación y la escasez de mano de obra y vivienda en la España rural despoblada.