El estadounidense Bill Drayton fundó Ashoka en los años 80 hablando de un término que ahora nos parece mucho más corriente: el emprendimiento social. Su fundación ha permitido encontrar y acompañar a cerca de 4.000 emprendedores sociales en más de 90 países, en temas como educación, tecnología o medioambiente.
Dubois trabaja en la sede española de Ashoka como responsable de alianzas y filantropía y ahonda en la diferencia entre un emprendedor con propósito y un emprendedor al uso. “Si lo que está en el centro del proyecto es el propósito estamos hablando de emprendimiento social. Cuando pones el propósito en el centro te obligas a reflexionar una y otra vez sobre si te estás acercando a la solución del problema”, explica Dubois, que insiste en que su organización no capta a personas que se mueven en circuitos de emprendimiento habituales, sino a médicos, profesores o bomberos.