Fundación Raíces nació a finales de los años 90 en los barrios periféricos de Madrid donde, apoyándose en las redes locales, un grupo de personas empezó a ayudar a los menores extranjeros que llegaban a España y cuyos derechos estaban siendo vulnerados por la Administración pública. Treinta años más tarde, esta fundación actúa a nivel nacional dándoles acompañamiento y defensa jurídica y, sobre todo, ayudándolos a encontrar un futuro aprovechando el potencial de chavales que llegan con mucha motivación.
“Intentamos ir a la raíz del problema. Tenemos una línea muy potente de incidencia política y litigio estratégico para identificar y analizar las problemáticas más estructurales y tratar de promover cambios de fondo”, explica Areces, quien lamenta que, pese a los pronunciamientos judiciales y de organismos de Naciones Unidas, se siguen observando las mismas vulneraciones de derechos.
En 2010, Fundación Raíces empezó a colaborar con chefs de renombre en un programa de inserción laboral que permite a estos jóvenes, al alcanzar la mayoría de edad, encontrar una oportunidad en el sector hostelero. Un programa que, como cuenta Areces en Impact.Info, se ha ido ampliando a otras áreas como industria alimentaria, logística, jardinería, eventos, y otros tantos.