Para Sergi Comas el envejecimiento de la población nos obliga a todos a poner de nuestra parte para facilitar la atención a personas que tal vez no pueden procurarse cuidados sanitarios adecuados. De ahí nace Luracare, que en los últimos años se ha extendido además por el norte de Italia y Reino Unido, colaborando con residencias de personas mayores a recibir prestaciones de vista, oído y salud bucodental.
“La salud bucodental hay que trabajarla a nivel preventivo. Acabas atendiendo a la persona cuando ya hay una patología que podía haberse evitado. Por eso lo que hacemos es firmar acuerdos con las residencias para realizar revisiones a todos los residentes y poder prevenir posibles patologías”, explica Comas.
El nombre de la empresa es un homenaje a la monja francesa Lucile Random, que pasó más de 40 años en una residencia de ancianos. “Como se sobrentiende, fue allí a sus 74 años para pasar sus últimos años. Finalmente falleció a los 118. Para nosotros representa la idea de que a una residencia no vas a morir, vas a vivir”, añade el CEO.