En Villafranca de los Barros (Badajoz), La Hormiga Verde convierte los residuos electrónicos en materias primas para un futuro más sostenible. La empresa nació en 2018 con un doble propósito: promover la economía circular y ofrecer empleo en una zona rural, a partir de la experiencia personal de García Gamero, que a los 45 años se había quedado fuera del mercado laboral.
“Me di cuenta de que nadie me iba a contratar, así que tenía que crear yo algo”, recuerda. A partir de una pequeña nave alquilada, el proyecto creció hasta gestionar más de 18.000 toneladas de residuos al año, incorporando también paneles solares, lavadoras y televisores antiguos entre los materiales tratados. Hoy, son un equipo de casi 50 trabajadores.
El impacto de La Hormiga Verde no se mide solo en toneladas recicladas, sino en energía y emisiones evitadas y, sobre todo, en horas de empleo generadas. La empresa demuestra que la sostenibilidad puede ser una vía real para la inclusión laboral y el desarrollo regional.